martes, 22 de abril de 2014

Con una lectura diferente.

Él era muy desprolijo. Cada mañana cuando me levantaba y lo miraba deseaba no poder verlo. Era ese el momento en el que el espejo era odiado por mi al mostrarnos juntos. Seguramente me oyó decir que me encanta lo desprolijo, lo desestructurado... Aquello que para la mayoría de las personas es imperfecto para mi no lo es. Sí, seguramente me oyó, pero se sobrepasó. Ya era demasiado para mi, ya no lo podía controlar, hacía lo que quería, no me respetaba, vergüenza me daba salir a la calle con él.

Era muy deseado por muchas mujeres, su altura, su luz propia, su figura y el espacio que ocupaba. Era maravilloso. Sí, lo era, hasta hoy. Hoy pude verlo caer muerto en el suelo.  Los ojos de algunas mujeres testigos eran enormes al ver lo que yo hacía, sin lastima alguna. Ellas, solo decían que nunca lo harían, no se animarían. Pero yo, disfruté saber que solo le quedaban pocos segundos conmigo.
Hoy lo maté, terminé con su vida, pues, hoy me he cortado el pelo. 

1 comentario:

  1. Hola, me gusta mucho tu blog y creo que eres merecedora de que te nomine a los premios Dardos, pasa por mi blog para mas información.
    Saludo, suerte !! :)

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